Pareja de fochas alimentando a su progenie en el parque Tierno Galván de San Martín de la Vega
Javier Rico
Pollitos de fochas, gallinetas y ánades en ríos, estanques y lagunas; jovenzuelos de mirlos entre la hojarasca de los setos de los parques; crías de golondrinas en una rama, esperando la llegada de los progenitores con comida; y piar inquieto con la misma ansiedad “culinaria” de las de aviones y vencejos comunes en oquedades en voladizos de edificios. Este es el panorama que nos encontramos en los recientes paseos con peques o de inspección por parques y jardines urbanos. Un motivo más para salir a ver aves con A ver Aves.
Raro es el momento en que la biodiversidad urbana no nos depara una sorpresa, un cambio, una adaptación o una evolución protagonizada por los seres vivos que la componen. Ahora toca fijarse en cómo salen adelante las primeras proles de diversas especies de aves. Algunas parejas de mirlos vigilan aún a sus vástagos en sus primeros escarceos en busca de invertebrados, pero muchos de ellos (con tonos más marrones y sin el pico amarillo, especialmente de los machos adultos) revuelven ya solos las hojarascas abrigadas por setos para dar con algún gusano que llevarse al pico. Similar conducta a la de los mirlos se observa entre los pitos reales.
Pero, sin duda, las proles que llaman más la atención son las de las aves acuáticas, con los ánades azulones a la cabeza, que a estas alturas presentan familias con patitos casi recién salidos del huevo con otros más creciditos que empiezan a tomar cuerpo de adulto. Los estanques y cauces de El Retiro, la Casa de Campo, el parque lineal Arroyo Butarque o Madrid Río, entre otros lugares, contienen ahora la estampa de madres seguidas de seis, siete y hasta ocho y nueve patitos.
Crías de golondrina sobre una rama en El Retiro recibiendo el aporte alimenticio de los padres
Hay también espacio para especies introducidas y mantenidas en régimen de samicautividad, como los ánsares comunes y sus “primas” las ocas y los ánsares cisnes, que también exhiben ahora a sus simpáticas proles. Si los cauces y humedales están pegados a coles, institutos y viviendas de ciudades o pueblos de la periferia, las estampas familiares se completan con los polluelos de fochas, que según la fase los encontramos con incipientes plumones rojizos en la cabeza (casi recién salidos del huevo) o con el cuello y la parte baja de la cara blancas (con algunas semanas de vida). Una evolución muy similar en el plumaje presentan los polluelos de gallinetas comunes, aunque de tamaño más reducido.
Ver cómo se sumergen el padre y la madre de las fochas en busca de tallos y otras suculencias vegetales y se lo pasan pico a pico a sus pequeños supone un espectáculo nada ajeno a la mirada de niños y niñas. Y lo mismo sucede con el incesante ir y venir de las golondrinas adultas a la rama en la que cuatro ansiosos polluelos exigen su ración de invertebrados. Una exigencia parecida muestran los ocupantes de nidos de aviones comunes y de vencejos comunes en los huecos más altos de variados edificios de las ciudades.
A ver Aves no ha desaprovechado la ocasión de celebrar el Día Europeo de la Red Natura 2000 con las mariposas y otr@s amig@s
Pues sí, todo esto te lo estás perdiendo, o al menos pasa desapercibido para la gran mayoría de paseantes por parques y jardines urbanos. Pero, para eso está A ver Aves, para buscaros la zona verde ideal más cercana a los centros escolares y demostraros que estos hermosos documentales de naturaleza se pueden ver en vivo y en directo. Este fin de semana lo hemos comprobado en El Retiro, donde de paso celebramos el Día Europeo de la Red Natura 2000 haciéndonos una foto con “mariposas” con algunos de nuestros amigos y amigas, y el próximo lo haremos con familias del CEIP Perú por el parque de San Isidro.
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