Imagen de un papamoscas cerrojillo tomada con un smart phone en el parque Castilla-La Mancha de Getafe.
Javier Rico
Uno de los momentos que causa mayor impresión y sensación en las rutas de Aver Aves con escolares y familias es cuando a través del telescopio aprecian de cerca cualquier ave. Y lo de “cualquier ave” es literal, sea gorrión o paloma, como veréis más adelante. Si además pueden acoplar de alguna manera al ocular ese apéndice tecnológico de su cuerpo (¡y del de los mayores eh!) que es el móvil inteligente, la sensación se multiplica. En los parques de Getafe practicamos el móvilcoping, término con licencia propia para denominar esta derivada del digiscoping, que permite tomar fotografías acoplando una cámara al ocular del telescopio. Pues así empezamos a disfrutar con los parques urbanos de Getafe, inmortalizando al papamoscas cerrojillo vía móvilcoping.
Los parques de Castilla-La Mancha y de Andalucía de Getafe fueron escenario de nuestra ruta de prospección ornitológica, impulsada por el interés de algunos coles cercanos en las actividades que hacemos con escolares. La prueba de que esta ruta tiene suficientes alicientes, como el resto de las que planteamos a los centros escolares (en horario lectivo) y/o familias (los fines de semana), reside en los peques y mayores que nos paran intrigados por nuestro interés en mirar árboles, charcos, antenas y tejados.
Jamás habían visto tan cerca las tórtolas y palomas que se posan en las antenas de su calle.
En el paseo que une los dos parques citados y que transcurre por la avenida de Las Ciudades (tranquilamente se podría llamar la avenida de Las Escuelas, por la cantidad de coles e institutos que dan a ella), familias preparadas para el ocio dominical mañanero y niños y niñas que jugaban con un balón crearon un improvisado Aver Aves a nuestro alrededor. Nosotros, encantados, les mostramos las tórtolas turcas y palomas domésticas y torcaces que se repartían entre las antenas de los edificios. Admiración colectiva. Nunca, y decimos nunca, habían reparado en que encima de sus cabezas había esa variedad “tan bonita y qué cerca” de aves.
Toca distiguir la paloma doméstica de la torcaz con la guía de aves.
La sorpresa era tal que también hubo que echar mano de las guías para mostrar de manera más detallada las diferencias entre las tres especies de columbiformes observadas. Evidentemente, no respondían al “todos esos son palomos” de las personas, más sobradas, que pasaban y trataban de explicar el repentino interés de la muchachada por las antenas de la avenida de Las Ciudades. Curiosa esta avenida, porque, aparte de los coles, tiene un aire de paseo marítimo (la combinación de palmeras y olivos ayuda a crear esta sensación) que lo convierte en un buen corredor entre parque y parque.
Acebo ornamental en las praderas del parque de Castilla-La Mancha.
En el parque de Castilla-La Mancha, aparte de retratar con movilcoping al muy ubicuo por esas fechas (principios de octubre) papamoscas cerrojillo, nos acompañaron varias especies más, algunas dentro de los propios centros escolares, como los institutos Silverio Lanza y Menéndez Pelayo. No es de extrañar que aquí dentro mirlos, carboneros y petirrojos se sientan como en casa, ya que a la vegetación propia del entorno el segundo le añade un huerto que ha sido merecedor del segundo galardón en la categoría de educación secundaria del II Premio Huertos Escolares Ecológicos impulsado por la asociación Vida Sana y la Fundación Triodos. Vaya desde aquí también nuestra felicitación.
Este peque quería que le dejáramos ver con «esas gafas negras» (prismáticos), pero premiamos su interés dejándole también el «tubo negro» (telescopio).
Nada más entrar en el parque de Andalucía una amplia pradera nos regala el inquieto deambular de seis lavanderas blancas, siempre con su nervioso movimiento de la cola. Es un parque excelentemente bien orientado al ocio de los más peques, con originales y variadas atracciones a las que ese día se unieron unas personas con «gafas negras». Aquí también llamamos la atención en este caso del más peque que durante la mañana nos miró, se extrañó y nos preguntó: “¿me dejas esas gafas negras para ver?»
Aquí tenemos el rincón más mediterráneo del parque de Andalucía.
Las gafas negras eran los prismáticos, y claro que se los prestamos. También le dejamos ver por nuestro “tubo negro” (esto ya es cosa nuestra). A través del telescopio se asombró de lo cercano que veía la vegetación que rodea uno de los estanques del parque, porque dar con las lavanderas se hacía más complicado por lo inquietas que andaban estas. Sí apreciamos la “risotada” del pito real, que encuentra buen acomodo entre el pinar que bordea parte de esta zona verde urbana.
Nada más, que esperamos que profes, escolares y familias de los institutos citados, más los de Satafi y Laguna de Joatzel, y los coles Santa Margarita de Alacoque, Concepción Arenal, Mariana Pineda, Gabriel García Márquez y San Sebastián, se animen a compartir con nosotros todas las sorpresas ornitológicas presentes a las puertas de sus centros.
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